LA LEY NO. 352-98 CONSTITUYE UN GRAN
AVANCE PARA EL PAIS
La Ley No. 352-98 promulgada el 15 de agosto de 1998, constituye
un gran avance para el país. Es una recopilación de los derechos de los
ancianos, basada en las resoluciones de la ONU y las iniciativas de la Unión
Europea. Se trata de derechos Fundamentales, dado que, como especificado
anteriormente son libertades que no pueden ser negadas a nadie porque
haciéndolo se comprometería su integridad y dignidad.
Las disposiciones de esta ley son aplicables a todo envejeciente y según esta es considerada anciana toda persona mayor de 65 años o de menos que debido al proceso de envejecimiento experimente cambios progresivos desde el punto de vista psicológico, biológico, social, y material.
Tratándose de una población vulnerable, por su avanzada edad y ciertas limitaciones físicas y a veces psíquicas que la vejez conlleva que esta ley se preocupe por establecer que es deber de las instituciones gubernamentales cumplir lo establecido por dicha ley.
La Ley 352-98 también establece el día primero de octubre como el Día Nacional del Envejeciente.
Las disposiciones de esta ley son aplicables a todo envejeciente y según esta es considerada anciana toda persona mayor de 65 años o de menos que debido al proceso de envejecimiento experimente cambios progresivos desde el punto de vista psicológico, biológico, social, y material.
Tratándose de una población vulnerable, por su avanzada edad y ciertas limitaciones físicas y a veces psíquicas que la vejez conlleva que esta ley se preocupe por establecer que es deber de las instituciones gubernamentales cumplir lo establecido por dicha ley.
La Ley 352-98 también establece el día primero de octubre como el Día Nacional del Envejeciente.
PUBLICADO POR PERIODIKITO DIGITAL
miércoles, 1 de octubre de 2008
La fundación Oneyda Cayetano a
beneficio de Envejecientes en Asilos y Hogar de Leprosos FOCBEAHOL entrego un
documento al presidente de la cámara de diputados en el que proponen
modificaciones a la ley 352-98 sobre protección a la persona envejeciente.
Oneyda Cayetano Suberví, presidenta de dicha fundación recordó que hoy 1ro. De Octubre es el Día Nacional del Envejeciente y todavía la ley no se cumple a plenitud y sugirió a su vez la construcción de un centro de atención integral para envejecientes
Oneyda Cayetano Suberví, presidenta de dicha fundación recordó que hoy 1ro. De Octubre es el Día Nacional del Envejeciente y todavía la ley no se cumple a plenitud y sugirió a su vez la construcción de un centro de atención integral para envejecientes
Publicado por olaverria, Alfredo en miércoles, octubre 01, 2008
miércoles, 13 de junio de 2007
REALIDAD EN QUE VIVEN ANCIANOS
Los abuelos "son unos señores
que, para leer, usan anteojos y siempre los pierden", "Un abuelo es
una abuela, pero hombre", "Sólo están ocupados cuando nosotros los
vamos a visitar".
Estas son definiciones de "abuelos" dadas por niños menores de 10 años que aunque parecen simples reflejan la triste realidad que viven cientos de ancianos abandonados en asilos y olvidados en las calles.
Tales conclusiones están contenidas en el libro "Hogar triste hogar", de Oneyda Cayetano Suberví, presidenta de la fundación del mismo nombre, que trabaja en beneficio de envejecientes en asilos y leprosos.
La entidad busca que los envejecientes tengan mejor calidad de vida, que disfruten el derecho al voto, que se les incluya en actividades que les mantengan activos física y mentalmente y que sus familiares les presten mayor atención y no les dejen abandonados en asilos.
La autora de "Hogar triste hogar" recomienda en su obra que si los familiares de los ancianos no los pueden tener permantemente en sus casas los cuiden los fines de semana. Y que si no pueden, los visiten por lo menos una vez al mes, pero que no les olviden allí. "No los abandonen como que no son sangre de su sangre", reclama Cayetano Suberví.
"Un asilo es como una cárcel, con la diferencia de que ellos (los viejitos) no han cometido ningún delito", dice en su libro.
Cayetano Suberví indica en comunicación escrita enviada a El Nacional que entre sus proyectos están exigir que se respete la ley de protección a envejecientes (352-98), habilitar en los asilos áreas de recreo y para hacer manualidades, crear programas de alfabetización, realizar exámenes visuales a todos los envejecientes y procurar donar a cada uno el lente que necesite, desarrollar una campaña con artículos que promuevan el amor y cuidado para los viejitos, con mensajes como "cuido y respeto a los envejecientes" y "no los abandones para que tus hijos no te lo cobren".
El informe indica que esa organización sin fines de lucro busca ejecutar el programa "Una empresa para un hogar de ancianos", que manejaría donaciones hechas por comerciantes y otro titulado "Amiga (o) de los abuelos", que permitiría al donante destinar mensualmente partidas voluntarias como alimentos, dinero, o compañía y amor, "que es lo que más necesitan".
Pretenden también enviar periódicos a diario a los asilos y colocar pasamanos en todos los pasillos para evitarles caídas. Cayetano Suberví agrega que tienen en proyecto construir un hogar de estancia diurna donde cada día los hijos puedan llevar a sus padres y recogerlos en las noches. Sostiene que la estancia también serviría para envejecientes abandonados en las calles.
Aunque no disponen de subsidio estatal pretenden construir otro leprocomio (hogar de leprosos), porque consideran que la edificación existente está en condiciones deplorables.
Estas son definiciones de "abuelos" dadas por niños menores de 10 años que aunque parecen simples reflejan la triste realidad que viven cientos de ancianos abandonados en asilos y olvidados en las calles.
Tales conclusiones están contenidas en el libro "Hogar triste hogar", de Oneyda Cayetano Suberví, presidenta de la fundación del mismo nombre, que trabaja en beneficio de envejecientes en asilos y leprosos.
La entidad busca que los envejecientes tengan mejor calidad de vida, que disfruten el derecho al voto, que se les incluya en actividades que les mantengan activos física y mentalmente y que sus familiares les presten mayor atención y no les dejen abandonados en asilos.
La autora de "Hogar triste hogar" recomienda en su obra que si los familiares de los ancianos no los pueden tener permantemente en sus casas los cuiden los fines de semana. Y que si no pueden, los visiten por lo menos una vez al mes, pero que no les olviden allí. "No los abandonen como que no son sangre de su sangre", reclama Cayetano Suberví.
"Un asilo es como una cárcel, con la diferencia de que ellos (los viejitos) no han cometido ningún delito", dice en su libro.
Cayetano Suberví indica en comunicación escrita enviada a El Nacional que entre sus proyectos están exigir que se respete la ley de protección a envejecientes (352-98), habilitar en los asilos áreas de recreo y para hacer manualidades, crear programas de alfabetización, realizar exámenes visuales a todos los envejecientes y procurar donar a cada uno el lente que necesite, desarrollar una campaña con artículos que promuevan el amor y cuidado para los viejitos, con mensajes como "cuido y respeto a los envejecientes" y "no los abandones para que tus hijos no te lo cobren".
El informe indica que esa organización sin fines de lucro busca ejecutar el programa "Una empresa para un hogar de ancianos", que manejaría donaciones hechas por comerciantes y otro titulado "Amiga (o) de los abuelos", que permitiría al donante destinar mensualmente partidas voluntarias como alimentos, dinero, o compañía y amor, "que es lo que más necesitan".
Pretenden también enviar periódicos a diario a los asilos y colocar pasamanos en todos los pasillos para evitarles caídas. Cayetano Suberví agrega que tienen en proyecto construir un hogar de estancia diurna donde cada día los hijos puedan llevar a sus padres y recogerlos en las noches. Sostiene que la estancia también serviría para envejecientes abandonados en las calles.
Aunque no disponen de subsidio estatal pretenden construir otro leprocomio (hogar de leprosos), porque consideran que la edificación existente está en condiciones deplorables.
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